Crítica por:
Ana María Parra
Considerada por muchos como uno de los más grandes clásicos del cine, enfocada en la época de la gran depresión en Estados Unidos al rededor de 1929, donde el personaje recurrente, divertido y torpe de Charlot genera una crítica social a las condiciones de vida inadecuadas por hechos tan importantes como la industrialización y la producción en serie. Es evidente el rechazo de Chaplin al proceso industrial de la sonorización de las películas, (Recordemos que en esa época ya se estaba utilizando el cine sonoro y Chaplin ve en esta tecnología la muerte de la capacidad expresiva que tanto le había costado conseguir en sus películas) aunque Tiempos Modernos es clasificada como cine mudo, Chaplin adopta elementos sonoros para ayudar a reforzar sus chistes (incluída su propia voz en un idioma incomprensible, símbolo de que su personaje Charlot no está hecho para hablar) y una serie de efectos especiales impecables, teniendo en cuenta la tecnología dispuesta para la época.
Ana María Parra
Considerada por muchos como uno de los más grandes clásicos del cine, enfocada en la época de la gran depresión en Estados Unidos al rededor de 1929, donde el personaje recurrente, divertido y torpe de Charlot genera una crítica social a las condiciones de vida inadecuadas por hechos tan importantes como la industrialización y la producción en serie. Es evidente el rechazo de Chaplin al proceso industrial de la sonorización de las películas, (Recordemos que en esa época ya se estaba utilizando el cine sonoro y Chaplin ve en esta tecnología la muerte de la capacidad expresiva que tanto le había costado conseguir en sus películas) aunque Tiempos Modernos es clasificada como cine mudo, Chaplin adopta elementos sonoros para ayudar a reforzar sus chistes (incluída su propia voz en un idioma incomprensible, símbolo de que su personaje Charlot no está hecho para hablar) y una serie de efectos especiales impecables, teniendo en cuenta la tecnología dispuesta para la época.
Encontramos muchas escenas en donde Chaplin maneja un doble sentido con las imágenes generando grandes críticas: La comparación de la multitud de personas llegando a las fábricas a trabajar con cientos de borregos saliendo de un corral, la sátira a las máquinas ineficientes y ridículas para desempeñar labores cotidianas que terminan entorpeciendo cualquier tipo de actividad, el frenético ritmo de la producción en serie con consecuencias nefastas en la salud del obrero, el desempleo desaforado en épocas críticas de la humanidad, la lucha desenfrenada por la supervivencia, y una escena tan divertida como polémica es cuando es arrestado por ser confundido con el líder de una manifestación al levantar una bandera; esta escena le acarreó el exilio de los Estados Unidos donde lo consideraron un comunista.
Finalizando la película vemos una escena tan hermosa como icónica cuando Charlot y la protagonista se disponen a emprender un futuro juntos siguiendo una carretera solitaria frente al atardecer
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